AMAPOLAS
A Paco Fernández Ramirez su pintor.
¿Qué sabes de las rojas amapolas
Cuyo fulgor emula vanamente
Todo humano rubor? De los propicios
Suelos y de los climas favorables
Y del ciclo que cumple desde prieta
Semilla hasta sonaja
De las hijas menores de la brisa,
¿qué libro te informó? ¿Con qué
experiencia
Te enriqueciste, por azar u oficio?
¿Lo ignoras todo, hasta su mismo
nombre?
Yo escuché una leyenda, en cierto
día:
“En el principio fueron cazadores;
Un día descubrieron los cultivos:
Ambicionaron poseer la tierra.
Pusieron lindes a la tierra, pocos
Hicieron suyo lo de todos: Mía
Era el único grito dominante.
Hubieron de luchar por el dominio,
Armas las herramientas; casa el
hombre;
No la lluvia, la sangre: cada gota
Tornábase una flor. Ved: amapolas.
Por eso las arrancan, pero vuelven.
Algunos sus sonoros
Cascabillos cocieron y aquel zumo
les da sueños dulcísimos; pudieron
mentirse: Un don del dios, no
hermana sangre”.
Cuando las veo florecer, tan bellas,
Yo las quisiera indemnes,
No de un pecado original nacidas.
ANTONIO CARVAJAL,
Premio Nacional de Poesía
Premio Nacional de Poesía
Del libro Noticia de Septiembre.
Granada, 1985
UNA NOTA PARA UNA EXPOSICIÓN
Si para Cézanne como
decía Marcel Gieure “hacer un cuadro se convertía en una dialéctica” para Paco
Ramírez el cuadro es el resultado de una síntesis entre lo objetivo y lo
subjetivo, dando un conjunto de la realidad que existe, que está ahí cuando
toma forma y lo muestra en concreto.
No pretendamos encontrar
en la obra de Paco Ramírez que el clavel tenga el perfume del nardo, sería
exigirle demasiado, aunque él con su experiencia y observación puede darle el
perfume exacto a cada interpretación, porque lleva impregnado el olor campesino
de todos esos múltiples paisajes que recorre acompañada en la música de su paso
seguro y firme.
Manuel
Ruiz
Gdº en
Arte.
C.
Diart-Revista Artes Visuales
Nº21-1982-Madrid
PACO RAMIREZ O LA PLENA BELLEZA IMPRESIONISTA
Y si el impresionismo se propuso en
su día sustituir la belleza por el carácter de Paco Ramírez, hijo de Barba, lo
ha conseguido plenamente. Sigue la línea de su progenitor, pero en sus obras
tiene una gracia personal. Podríamos decir que estamos ante un
post-impresionismo, en el cual se empiezan a observar ciertos rasgos
abstractos. Creo que el hijo en esto, ha superado al padre. Barba tiene más
técnica, más oficio, Paco Ramírez, más lejos.
Él se jacta y presume de tener como
maestro a su padre, pero sabe salirse de los cánones impresionistas, para andar
otros senderos menos trillados. Por ejemplo, en su “Elegía”, hay una gracia
personal, que va más allá del pintor. Hay crítica ironía. Tiene mensaje, como
se dice ahora.
EMILIO
JOSÉ CRESPO
“Linares
al día”
En las verdes praderas cañadas del
camino, salpican almendros en flor y capta la Vega del Genil, su estudio
abierto al horizonte, que se escapa por Loja o por Sierra Nevada.
El campo es su sitio para pintar
Paco Ramírez, con toda su radiante juventud, ha conseguido ya, frente a este
paisaje granadino, medallas de oro y premios en arte juvenil, en Madrid,
Murcia, Alicante, Cádiz y Granada.
RAFAEL
GÓMEZ MONTERO
“Hoja
del Lunes”
Lo más significativo de este joven
pintor granadino es su multiplicidad colorista y el buen gusto que posee a la
hora de elegir, tanto el colore como el espacio, donde lo va a introducir. Sus
paisajes son una jugosa sinfonía colorista, donde es patente un genio y una
capacidad de creación sorprendente. La irrealidad de sus paisajes nos
transportan a un entrañable mundo dinámico en el que su toque personal se hace
imprescindible.
TITO
ORTÍZ
“Diario
Patria”
Paco Ramírez arranca de una familia
con honda solera pictórica. En su padre tuvo el gran maestro que encauzó sus
primeros pasos. Joven brioso de color, valiente en la forma, trabajador
infatigable, su obra muestra una madurez y seguridad digna de tener en cuenta.
En sus cuadros se refleja el testimonio de esta afirmación.
EMILIA
MARTÍN
“Diario
Patria”
PACO RAMÍREZ Y LAS AMAPOLAS
Al contemplar los cuadros de Paco
Ramírez, llénase la mirada de la luz de Andalucía, de su cielo y de sus
olivares verdes. Y en esa plenitud de diafanidades y brillos meridionales, destacan
en gran parte de ellos, el roja de las amapolas. Color, que en las flores, ha
simbolizado la fuerza vital, la sangre, la pasión…
Por ello, me atrevería a llamar a
Paco Ramírez “el pintor de las amapolas”. De esas flores criadas en las mieses,
cuyas semillas nos vinieron de Oriente, mezclandad entre los granos de trigo.
Y en ésta su presentación en Bilbao,
bueno sería indicar que, la amapola, tiene en euskera los nombres de lo-belar
(“hierba del sueño”, por contener una sustancia que vence al insomnio),
kuku-Belar (“hierba del cuclillo”, ya que florece en primavera, coincidente con
la llegada de ese pájaro) y pitxoleta o mitxoleta (dos de los apelativos que se
dan alas mariposas, pues tal semejan las amapolas entre los trigales dorados).
En la simbología floral, y por su
carácter calmante ya indicado, es la amapola el emblema del consuelo, igual que
los cuadros de Paco Ramírez, cuya sola contemplación llena el alma de apaciblre
y consoladores deleites.
JACINTO GOMEZ TEJEDOR
Bilbao
HERENCIA DEL PAISAJE
Al pintor Paco Ramírez
Lo que llamaba mío yo no existe,
Pero aquello en que fui, que me
envolvía,
Todavía es un halo que fulge y
reconozco
En las mieses unámines y en las
serenas brisas.
Aun me quedan los montes y los humos
Que se elevan, difusos, de los
sotos,
Remotos como un sueño que en la luz
imprimiera
Antes de disolverse, las huellas de
algún gozo.
Sólo ama el paisaje quien lo vive,
Quien lo vivió y el que vivirlo
espera,
Pasajera la ausencia, para
encontrarse dentro
De lo que fue su espíritu y,
recobrado, alienta.
Lo que llamaba mío ya es memoria
Que otros conservan para mí en
colores,
En alcores rosados que ilumina el
ocaso,
Ese destello nuncio del olvido y la
noche.
Mi corazón lo lleva como perla
Que no es rocío de una nueva aurora.
Una hora, y no más le queda a la
mirada:
Dejadme que la extienda donde el
amor no consta.
ANTONIO
CARVAJAL
Premio Nacional de Poesía
Premio Nacional de Poesía
Ignoro si Paco es descendiente de los Fernandez apodados "Mandero" que conocí en mi juventud y que tanto el abuelo como sus dos hijos eran grandes pintores artisticos aunque se ganaban la vida como pintores decorativos de primera. Ambos pintaron la capilla del Puente allá por los años cincuenta.Pero no importa si lo es o no.
ResponderEliminarSu obra, es sencillamente magnífica.
Necesito contactar con el Pintor Paco F. Ramírez. Ojalá hubiera una dirección de e-mail o dirección postal. Lo agradezco mucho.
ResponderEliminar